martes, 24 de febrero de 2015

Día 7: Camino a la costa y Morro Bay



Desayuno en el hotel y en camino! Nos movemos hacia la costa y el paisaje cambia. Dejamos atrás el desierto para pasar por larguíiiiiisimos campos de frutales y algún pozo de petróleo.


Este día fue la etapa más aburrida del viaje en coche... La distancia entre Ridgecrest y Morro Bay es de unas 4 horas y el camino es feo... Carretera, zonas industriales de alguna ciudad, coches y más coches...
Cerca de la salida de Ridgecrest pasamos por el parque Red Rock Canyon, por la carretera 14: teníamos pensado parar pero el día iba a ser duro y continuamos en el coche. Además, parece que se veía algo desde el coche y no nos llamó mucho la atención.

Lo único reseñable es que paramos a comer y a descansar en Cholame (tremendo nombre), en el lugar en el que, supuestamente murió James Dean en un accidente de coche. Únicamente hay un monumento y un restaurante pequeño, el Jack Ranch Cafe, en el que comimos un par de sandwiches. Sin más.


Por la tarde llegamos a nuestro hotel Days Inn Morro Bay y, después de dejar las maletas bajamos corriendo a la playa.

No me gustó demasiado Morro Bay, la verdad... Primer dato negativo: en la playa hacía frío, mucho, en agosto!! :( impensable... El agua estaba como para bromas, asi que nada de bañarse tampoco. Si desoyendo mis consejos acabáis de visita aqui, que sepáis que al otro lado de Morro Rock, la roca que da nombre al pueblo, hay otra playa más pequeña y más resguardada en la que no hace tanto viento. No es mar abierto, si no que está situada a la entrada de la bahía.

En cualquier caso, en la playa grande puedes ver un anochecer precioso, eso si. Después, fuimos a pasear por los muelles y a buscar un sitio donde cenar. Elegimos el restaurante Windows on the Water y, por supuesto, pedimos pescado: pasteles de cangrejo con ensalada con wasabi, buenísimos, y otro de los pescados frescos de la carta. De postre tarta de queso típica.


El restaurante muy bueno, ya tocaba comer algo más sano y dejar por un día los sandwiches-hamburguesas-fajitas & cia., y con unas vistas de Morro Rock y del puerto anocheciendo muy chulas. Cuando fuimos nosotros había bastante gente, tuvimos suerte de pillar sitio y el precio, que se puede ver en los menús que tienen colgados en la página web, fue algo superior a lo que habíamos pagado hasta entonces (el pescado fueron unos 30$, los pastelillos de cangrejo sobre los 20$), pero sin duda mereció la pena.

Después de cenar vuelta al hotel y a dormir!